viernes, 22 de febrero de 2013

Capítulo 8

    

         





Estoy viva!!!!. Lo lamento tanto, pero mi imaginación y yo nos hemos tomado un laaaargo receso, para el que no tengo excusa. No sabéis cuanto lo siento, pero mejor que todas las disculpas del mundo sería que publicase de una buena vez el capítulo 8. Aquí esta. Os agradezco a todos los que comentáis y participáis en las encuestas. Un agradecimiento especial a Annie Hawthorne de los blogs La vida de Rue Everdeen MellarkLa vida de Enobaria y Si nosotros ardemos, arderás con nosotros, por postularme a los   Mockingjay´s Song Award.
Un último detalle para ponerme al día en lo referente al blog; la decisión respecto al concurso está tomada, se realizará sí o sí. El asuntillo es, que dado que el concurso sería de crearles un pasado a algunos personajes, he pensado que sería mejor esperar unos capitulillos más para presentar a los tributos y así habrá más posibilidades. Además, algunos tributos jugaran un papel importante, otros están de adorno. El punto es que he preferido esperar un poco para conocer mejor a los personajes y así crearles un pasado acorde. Nada más que decir y que disfruten el capítulo.




Caminamos con rapidez, para evitar toparnos con otros tributos, ya nos quitaremos los trajes arriba. Subimos al ascensor con nuestros corazones aún latiendo desbocados por la emoción del desfile de hace unos minutos, y cerramos la puerta rápidamente listos para subir, cuando el chico monstruoso del 1 se interpone en el camino de la puerta y entra al ascensor, seguido por supuesto de toda la manada profesional. Estamos muy apretados y apenas se puede respirar, pero a los profesionales no parece importarle, pues no hacen amago de dejar que la puerta se cierre ni de apretar el botón. Toso disimuladamente, sin resultado. Carraspeo un poco más fuerte y de paso le doy un empujón al dinosaurio del 1. Nada. Otro carraspeo, otro empujón. Nada cambia, excepto que el bruto ese me devuelve el empellón. Vaya, eso ha dolido, ha dolido bastante, pero no va a salir impune. Magnus me mira a los ojos y parece ver en ellos ese brillo que no augura nada bueno, niega con la cabeza e intenta detenerme, pero antes de que pueda hacer algo, alzo mi brazo y le pego un codazo en las costillas al del 1.
-¡Eh mastodonte!- le grito. Los profesionales me miran entre sorprendidos y extrañados, al parecer no suelen plantarles cara. Pero no estoy de humor para bravuconadas.- Por si no te has enterado, hay más de un ascensor.
Ahora si que me miran, pero no con sorpresa ni extrañeza, sino con pura indignación.
-¿Cómo has dicho?-claro, la boba del 2.
-He dicho, que si no pensáis cerrar la puerta, marcar el botón de vuestro piso o subir las escaleras como los profesionales de pacotilla que sois-mi voz, en un inicio tranquila, debe de haber subido por lo menos una octava- Entonces bien podéis sacar vuestros brillantes traseros de aquí y llevarlos a otro ascensor.
-¿Cómo te atreves tú rata asquerosa a hablarnos así?- dice la chica del 2 sus palabras destilando veneno- Tú no eres nadie, en al arena, voy a cortar tu insolente...
-Manora ya basta-la corta su compañero de distrito, un chico alto y moreno. Lo miro con desprecio- No vale la pena.
Poco a poco los profesionales se retiran, los del 4, con la chica canturreando: "Has sellado tu muerte"; los del 1, ambos mirándome con extrañeza e indignación; y finalmente los del 2, la tal Manora me mira con puro y completo odio, pero su compañero se dedica a ignorarme dándome la espalda.
"Idiotas", no puedo evitar pensar, porque eso es lo que son, un grupo de presumidos y estirados idiotas.
Cuando todos han salido, Magnus aprieta el número 9 y marca el botón para cerrar las puertas. Pero en el último segundo, antes de que las puertas se cierren, alcanzó a ver al chico del 2, mirándome fijamente, estudiándome, con un brillo extraño en sus ojos. No alcanzó a preguntarme a que se debe aquello cuando las puerta ya se han cerrado y el ascensor comienza a subir, lentamente, dándonos tiempo para revivir el altercado ocurrido en los últimos minutos.

1
"Se lo merecían"
2
"Era hora de que alguien les diese la cara"
3
"Ellos se lo buscaron"
4
"No me arrepiento"
5
"Pero en la Arena..."
6
"No fue una buena idea"
7
"Definitivamente no fue una buena idea"
8
"No pudo haber sido una peor idea"
9
"Ay madre, ¿y ahora qué hago?"

-Vy- Magnus me zarandea, sacándome de mis pensamientos-Ya llegamos, ¿en qué pensabas?
-Fue una muy mala idea-es lo único que atinó a decir.
Magnus me mira con lástima.
-Math te va a hacer picadillo-
O demonios, Math. Será un desafío llegar viva a la Arena.
Salimos del ascensor de la discordia y observamos a nuestro alredor. Por Dios, esto es enorme. Avanzamos unos pasos para llegar al comedor, donde hay una enorme mesa, frente a un gran ventanal. Las paredes de todo el lugar están pintadas de colores chillones, decoradas con espantosa pinturas capitolinas y extraños artilugios, como sillas y jarrones deformados al nivel máximo. La mesa se encuentra bajo una serie de estrambóticas lámparas plateadas. Pero lo que realmente nos quita el aliento, es la cantidad de postres y manjares que hay sobre la mesa, el banquete del tren, al ser comparado con este, languidece. Desconozco el porqué, pero el ver toda esta comida me da arquadas, difíciles de disimular.
Apenas hemos entrado en la sala, cuando todos se voltean a vernos con sendas sonrisas en sus rostros.
-Magnus, Vy, ¿por qué habéis tardado tanto?- pregunta extrañada Gisselle.
-Nosotros...eh...nosotros-balbuceo, mirando a todos los presentes en busca de ayuda, la que viene de donde menos lo esperaba.
-Ya hablaremos de eso luego-dice Dimo despreocupado, quitándole importancia con un ademán- Lo que importa ahora es que habéis estado fantásticos-dice ebrio de felicidad, para luego susurrar en tono confidente- Tendríais que haber visto las caras de Mona y de Rogelius... ¡oh!. pero el rostro de Claycus fue impagable.-termina carcajeándose. No tengo la más mínima idea de quienes serán esos tres, sospecho que los encargados de otros Distritos, espero que de los profesionales, de ser así, vaya que me habría gustado ver sus caras.
Un poco más relajada, ahora que caigo en la cuenta de que todos estarán concentrados hablando sobre el desfile, me siento a la mesa.
-Estuvieron sensacionales-dice Gisselle sonriente.
-Gracias- dice Magnus, antes de lanzarse a devorar un enorme pedazo de carne. Yo por mi parte, me limito a servirme un plato de sopa. El líquido de mi plato es de un suave color rosa, de aspecto extraño, lo pruebo y es bastante bueno. Miro a mi alrededor y me percato de que a mi lado está Aqua.
-Gracias Aqua- le susurro en referencia a los trajes, mientras todos nos felicitan- Estamos en deuda contigo.
Ella me sonríe.
-No hay de qué, pero dime ¿por qué os habéis retrasado?-pregunta curios.
-Mmmh, te lo contaré luego-
La cena transcurre entre animadas conversaciones y felicitaciones, mientras yo y Magnus nos limitamos a comer. A nuestro lado los avox retiran las fuentes con comida y traen otras nuevas. No puedo evitar fijarme en uno de ellos cuando me rellena el vaso. Es joven, no tendrá más de 14 o 15 años, su cabello rubio está bien peinado, pero bajo su actitud servicial, se puede ver la ira y el rencor que guarda hacia el Capitolio, lo que es extraño, puesto que sus rasgos son los de alguien nacido aquí. El avox se retira, mas al percatarse de mi escrutinio, en lugar de mirarme con odio, como hace con Dimo, me sonríe, es una sonrisa compasiva, desbordante de una extraña empatía; en sus dorados ojos alcanzó a atisbar un extraño brillo de reconocimiento. Tengo que averiguar quién es este chico y qué hace aquí, después de todo, no es el único que me ha lanzado miradas extrañas el día de hoy. Distraída, me pasó lo que queda de cena, divagando sobre la extraña mirada del chico del 2 antes de que se cerraran las puertas del ascensor. Me pregunto porqué me observaba tan insistentemente desde antes del desfile.
-Aqua-mi estilista se vuelve hacia mí- ¿cómo se llama el chico del 2?
-No lo sé, creo que...-dice a la vez que piensa- No, no lo sé. ¿Por qué preguntas?
-Por nada-le contesto, pensando en el chico de los ojos color caoba- Es que...
-Bien hora de irnos-dice Dimo poniéndose de pie- Ya es muy tarde y mañana tendréis que madrugar.
Finalmente, la cena se acaba y todos se marchan, todos excepto Gisselle y Math,que nos miran con sospecha en sus rostros. Cuando todos se han ido nos encaran, avanzando hacia nosotros. Busco una posible vía de escape, pero nos han acorralado contra un sofá.
-No podéis huir-dice Math, divertido.
-Ahora decidnos, ¿por qué os habéis tardado en el ascensor?- interroga Gisselle.
Dejo caer los hombros en señal de derrota, lo mejor es decirles la verdad.
-Estábamos en el ascensor...-comienzo- Cuando entraron los profesionales y...-titubeo antes de seguir- no cerraban la puerta, me enfade y empujé al grandote, el del 1, la segunda vez él, me devolvió el empujón, y yo le pegué un codazo y le llame mastodonte y...
-Y les dijiste que sacaran sus brillantes traseros de ahí-completa Magnus.
-La chica del 2 me llamó rata, pero su compañero la calló. Luego se fueron-termino, habiéndome ahorrado algunos detalles... innecesarios.
Math y Gisselle nos miran estupefactos, hasta que Math estalla.
-¡¿Qué está mal contigo Vyolett?!-grita-¿dónde está tu auto preservación?
-Math-interviene Gisselle con tono conciliador- Cálmate.
-¿Cómo quieres que...?, ella es...-balbucea Math perdiendo la poca compostura que le quedaba.
-Lo lamento, fui impulsiva, pero no nos pueden atacar fuera de la Arena-
-¿Y dentro?, ¿has pensado en lo qué pasará dentro de la Arena- pregunta Math exasperado.
-Dentro de la Arena se las verán conmigo-le contesto resuelta, dándole la espalda y marchándome de allí.
-Tercer pasillo, segunda puerta a la izquierda-oigo gritar a Gisselle y se lo agradezco. Hubiese sido una salida poco digna si me hubiese devuelto a pedir indicaciones.
Oigo los pasos de Magnus dirigirse a su habitación, enfrente de la mía, le doy las buenas noches sin girarme y entro en mi cuarto. Es igual de grande y lujoso que el del tren, pero no mi fijo mucho en los detalles. Entro en la ducha como un torbellino, dispuesta a ser rápida. En el fondo, lo único que quiero es irme a dormir, pero no así, no cuando mi pelo todavía parece una antorcha. Rápidamente, entro en la regadera y me limito a abrir la llave del agua y a usar la pastilla de jabón que hay a mi lado, no quiero arriesgarme con los botones hasta que sea de mañana.
Después de asegurarme de que no queda ni pizca de maquillaje o tinte en todo mi cuerpo, salgo del baño y escojo una pijama de algodón azul. Me enfundo en ella y me meto en la gran y sedosa cama que me aguarda. Que no daría por dormir en mi duro colchón con resortes salidos. Mañana será un nuevo día  será el día de demostrarles a los profesionales de lo que soy capaz. Reconfortada por este pensamiento, cierro los ojos sin poder sentirme vigilada por dos pares de ojos,unos dorados, otros de un frío y oscuro color caoba.



                   


Espero que os haya gustado y que me perdonéis por mi larga ausencia. Trataré de publicar pronto. Por favor, comentad y votad en las encuestas.
Saludos :D
*Aclaración: Al final, nadie está vigilando a Vy realmente, es solo en sus pensamientos.





6 comentarios:

  1. Hoolaa :) se te ha echado de menos, pero con este genial capítulo se te perdona todo!
    Me ha encantado lo del ascensor jajaj lo de 'mastodonte' fue muy divertido :P
    Y me imagino qué es lo que pasará con el del 2 pero.. escribelo pronto que quiero saberlo^^

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Holaaa, gracias, me sentía terrible por no publicar en tanto tiempo. Y si estás pensando lo mismo que yo con el del 2, pues sí, se adivina, se adivina.
      Besos :)

      Eliminar
  2. Me encanta!!
    Capítulo en Diamante de la Veta, te pasas??

    Besos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra que te guste :)
      Por supuesto, ya me he pasado
      Besos :D

      Eliminar
  3. Eso Vy, tontos profesionales que se creen...grrr
    Me encanta el capi, ya te echaba de menos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jaja, los profesionales no son muy simpáticos (por el momento) ;)
      Gracias, sí yo también me sentía mal por mi larga ausencia.
      Besos :)

      Eliminar