miércoles, 5 de diciembre de 2012

Capítulo 2

Y bueno, aquí os dejo con el segundo capítulo, espero que os guste.


Lentamente, como en un sueño, entro al tren que se encargara de llevarme hacia mi perdición. Por dentro el tren es muy lujoso y elegante, he de admitir que es la carroza fúnebre más cómoda que alguna vez he visto. Observo a mi hermano, el cual se pasea fascinado por tanto esplendor. A mí, tanto lujo me asquea, al pensar en toda la gente que en estos mismos momentos muere de hambre. Al parecer Magnus tiene el mismo pensamiento, pues con rapidez se vuelve hacia la ventana, y se dedica a despedirse de quienes se encuentran en la estación. No hay muchos a loa que les interese vernos partir, los comprendo, yo nunca despedí a los tributos en años anteriores. Allí afuera solo se encuentran nuestros amigos y familiares, nadie más. En los pocos minutos que quedan antes de que parta el tren, me despido de todos los que significan algo para mí.
De pronto, el tren comienza a moverse, le doy un último adiós a mi Distrito y caigo en un sillón, abatida por todo lo que se me viene encima.
-Bueno, bueno- dice Dimo animosamente, vaya ni lo he sentido llegar- qué les parece si vamos a ver las demás cosechas mm.
Por alguna razón incomprensible, Dimo parece extremadamente animoso.
-Vamos, es importante que conozcan desde ya a los otros tributos-
Magnus y yo lo seguimos, resignados, pues si en algo tiene razón este hombre, es en que debemos conocer bien a los otros tributos.
Dimo nos guía hasta una sala cuyo único mobiliario son un gran sofá y un televisor que cubre una pared entera. Al ver que Magnus y yo nos hemos quedado embobados con la enorme pantalla, Dimo nos alienta a que nos acodemos.
-Vamos, siéntense, ya vamos a empezar.
Aún sorprendida por la enorme pantalla, tomo asiento en el sillón y miro al frente. En seguida, la pantalla se enciende y da inicio a la repetición de las Cosechas a lo largo de Panem.
En el Distrito 1, ha salido una chica pequeña y escuálida, pero en seguida ha sido reemplazada por una muchacha que al parecer tiene 16 años, Lyra Clearwater. A ojos de los espectadores ha de parecer un ángel, con su cabello rojizo con brillos dorados, que cae en suaves ondas por su espalda; con sus labios rojos, y sus ojos, sus redondos ojos color miel. No es deslumbrantemente bella, pero seguro que ya hay varios pensando en patrocinarla; personalmente, no me da confianza; nota menta: cuidado con Lyra.
El chico del 1, un tal Dante Sloan, es la viva imagen de un profesional, es alto y fuerte, por como mira a las cámaras, es evidente que no tiene dudas acerca de quien ganara.
En el Distrito 2, es más o menos lo mismo, dos voluntarios: Manora Stone y Laurent Moré.  Al igual que en el caso anterior, ambos se ven peligrosos, tienen aquel brillo asesino en su mirada, aquel brillo de locura que te impulsa a correr apenas lo ves en los ojos de alguien. La Cosecha del 3 no muestra nada especial; pero en la del 4, las cosas cambian un poco; la chica, es voluntaria, no capto bien su nombre, pero hay algo en ella que me extraña: actúa alegre, entusiasmada, como si fuera a unos... juegos, bueno después de todo a eso vamos. Lo realmente extraño en esta Cosecha, es que al salir como tributo masculino un tembloroso chico de 12 años, que al parecer se llama Lucas Smith, este es reemplazado, pero por otro chico de 12 años, un tal Bartholomew Hearst, también muy entusiasta, pero con un brillo maligno en sus ojos.
Al parecer, no lo tendremos fácil con los profesionales de este año. Una vez han pasado las Cosechas de los Distritos 1, 2 y 4, no le presto mayor atención al resto de los Tributos, ya tendré tiempo de conocerlos luego. Pasa un rato, y llega el momento de ver a nuestro Distrito, nuestra Cosecha, y de oír los comentarios que Caesar y Claudius hacen al respecto.
-Bueno Caesar, que te parece si vamos con la Cosecha del Distrito 9, me han dicho por ahí, que podría pasar algo interesante con estos dos tributos-comenta Claudius.
-Por supuesto Claudius, nada más observa esta Cosecha-
Y entonces empieza a correr la cinta, todo ocurre de nuevo, el mismo miedo, la misma incertidumbre. Nuevamente Dimo dice mi nombre, nuevamente todos los rostros se vuelven hacia mí, me veo de nuevo avanzando hacia el escenario, veo a Dimo buscando en la urna de los chicos, veo como escoge un papel, como sus labios lo leen, formando dos palabras, que aún no acabo de cree que han sido dichas.
-"Magnus Ember"-
Y ahí está de nuevo, el torbellino de emociones, mi furia, mi indignación, mi dolor, todo se repite una y otra vez.
-Vaya, Claudius, quien lo hubiera dicho-
-Así es Caesar, hermanos-
-Y esa jovencita parece que tiene cáracter, tendremos que fijarnos en ella en la arena-
-Y en su hermano Caesar, porque no hay que olvidar que solo uno, puede regresar-
Esas últimas palabras, son todo lo que escucho, se repiten una y otra vez en mi cabeza.
-"Solo uno, solo uno puede regresar"-
Apenas me fijo en las Cosechas que quedan, sigo sumida en lo que ha dicho Claudius.
-"Solo uno"-
No es posible, los dos volveremos, tenemos que volver, podremos lograrlo, ya cambiaron una vez las reglas, podrían hacerlo de nuevo, yo y Magnus podríamos volver, los dos juntos.
-"Solo uno"-
No seas tonta, solo quieren espectáculo, que mejor que dos hermanos, jamás los dejarán volver juntos, jamás, y si lo hacen, luego volverá a cambiar las reglas, los obligarán a matarse el uno al otro, qué mejor espectáculo que ese.
-"Solo uno puede regresar"-
Las palabras de Claudius aún retumban en mi cabeza, una y otra vez.
-"Solo uno"-
Las palabras caen sobre mí como una lápida, segundos antes de que todo se vuelva oscuro.






* Un consejo, hazle caso al ángel.

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