miércoles, 2 de enero de 2013

Capítulo 6

Hola a todos, sin más demora aquí está el capítulo 6. Espero que les guste y que comenten y que participen en las encuestas. Gracias a todos por leerme.


                    

LO ODIO. Lo odio con toda mi alma, el tener que ir a los Juegos, ya es de por si un martirio, ¿pero esto?. No lo soporto. Mi equipo de preparación es tolerable, incluso podría decir que son agradables, pero lo que me están haciendo en este momento, me hace odiarlos con todas mis fuerzas. Apenas llevo aquí media hora, y ya han hecho de mi vida un infierno. Durante este tiempo, se han dedicado a examinarme minuciosamente, muy minuciosamente. Me han pellizcado, me han tirado el cabello, me han golpeado la espalda y me dicen que aún no hemos empezado. Al parecer, "están analizando mis imperfecciones, para así poder corregirlas", según las palabras de Lila. Por el tiempo que llevan en esto, se podría decir que mis imperfecciones son muchas.
El "examen de desperfectos", lleva poco más de una hora. Tiempo en el que me dedico a pensar en Magnus, pobrecillo, ha de estar pasando por lo mismo, si bien las chicas pasamos más tiempo en el Centro, que los chicos.
Finalmente, empieza la verdadera tortura. Dado que en los Distritos, no hay vellos indeseados, (todos son necesarios), jamás en mi vida me había depilado, por lo tanto, la depilación, es un dolor terrible, espantoso, que me hace desear morir cuanto antes. La cera caliente, quema mi piel y me veo obligada a apretar los dientes para no gritar, claro, que es imposible no hacerlo, cuando de improviso, arrancan la hirviente cera de un brusco tirón.
-¿No hay un método menos doloroso?-pregunto.
-Claro que si, cariño- Lila me observa con sus grandes ojos.
-El problema-interviene Leo- es que es muy costoso, y no está disponible para tributos.
Vaya, además de asquerosamente adinerados, tacaños. No podía ser de otra forma.

La depilación toma cerca de dos horas. Luego llega el momento de desenredar mi abundante cabellera, veo cómo mi equipo discute, sobre que peine usarán, sin estar seguros de nada. Yo sí estoy segura de algo, esto me va a doler, realmente me va a doler. Desde la Cosecha que no me he peinado, y en ese periodo, mi cabello se ha vuelto una complicada maraña totalmente indomable. Entonces recuerdo, que en algún lugar de esa maraña, se esconde la espiga dorada que me dieron mis amigos. La rebusco todo lo rápido que puedo, mas antes de que la encuentre, ya está aquí mi querido equipo de preparación.
-Eh, Lara-la llamo, porque es la que más cuerda me parece, por alguna razón- Tengo un adorno en mi cabello, ¿podrías sacarlo?
-Claro-Lara me sonríe alentadoramente.-
-Francamente cielo-comenta Lila-Tu cabello es un desastre desde cualquier punto de vista.
Vaya, gracias Lila.
-Lo encontré- Lara levanta la espiga con expresión triunfal.
-Gracias-
-Bien ahora...-Leo coje un peine con dientes muy gruesos- ¿Qué te parece si empezamos a peinarte?-
-No me parece bien, de eso puedes estar seguro-
-Bien empezemos-

Luego de peinarme (lo que por cierto es la peor experiencia de mi vida, lo que es difícil de lograr, ya que voy directa a mi muerte), me bañan y me embadurnan en distintos menjunjes, me cortan el pelo, me maquilan y me pintan las uñas, para dejarme...aceptable. Una tarde de dolor y sufrimiento, para quedar ¡¿aceptable?!. Sencillamente no comprendo a los capitolinos, con todas sus manías y obsesiones
Finalmente, soy libre, soy libre de ponerme una delgadísima bata de papel e ir directo para dónde mi estilista me espera. O donde debería estar esperándome, porque lo que es esta habitación, esta desierta. Me pregunto que clase de fenómeno me atenderá ahora, mi equipo de preparación intentó agradarme, pero Lila es sencillamente anormal. y Leo es bastante lento. Contra Lara no tengo ningún comentario, independientemente de que sea una repugnante capitolina, y de que todo su cuerpo imita a un árbol, ella es bastante agradable. Pasa un rato, de  soledad en el que pienso en mi equipo de preparación, cuando finalmente llega mi estilista, y si el decorado de Lra me sorprendió, este me deja sin aire.
-Hola-dice mi estilista- Soy Aqua.
Francamente, no se me ocurre un nombre mejor para esta chica. Frente a mí, se encuentra la cosa más asombrosa que he visto nunca. Es joven, tendrá unos 20 años, es delgada y de facciones finas; sus gestos son delicados, y se ve muy frágil. Pareciese ser una especie de espíritu. Sus cabellos son acuosos, de distintos tonos azulados, y con hermosos reflejos, que me devuelven mi sorprendida imagen, a la vez que imitan el suave movimiento del agua. Su piel por otro lado, es cristalina y casi transparente, se ondula a la vez que se escucha el correr del agua, no sé de dónde. Y su vestido, ya se lo quisiera la tributo femenina del Distrito 4; es de un suave color celeste, con brillos, vaporoso como el elemento que le da su nombre. La chica va descalza, tiene unos preciosos ojos azules, que hacen pensar en el mar, a pesar de que nunca lo he visto.
-Disculpa-le digo atónita- Yo soy del Distrito 9, ¿no deberías estar trabajando con los del 4?.
-No, claro que no- su risa es cristalina como el agua.
-¿Segura?- solo por asegurarme.
-Sí, segura.-
-Tú...-titubeo un segundo-¿Por qué vistes así?
-No es por la moda, eso te lo aseguro-sonríe con tristeza- Mira Vy, hagamos algo. Yo te contaré sobre mí, si tú me hablas acerca de ti.
-¿No hay un tiempo para esto?-pregunto confundida.
-Claro, pero aún quedan los distritos 10, 11 y 12. Algunos ni siquiera han llegado, eso nos da un tiempo-
Asiento en señal de entendimiento.
Estoy algo incómoda, parada y con esta bata de papel, por lo que me siento en una butaca que hay en la sala. Aqua se sienta cerca y se dispone a contarme su historia.
-Bueno Vy-toma aire antes de hablar. Esto ha de ser duro para ella- Las historias cómo la que te voy a contar ahora, son bastante comunes aquí en el Capitolio. Verás, mi madre, era hija de un empresario, muy rico y uno de los mejores amigos del Presidente Snow. Nunca le faltó nada, siempre se vio agasajada, tanto como por su familia, como por su tío Snow. Sin embargo, conoció a un agente de la paz. Este le contó cómo eran los Distritos, y así como así, a mi madre se le antojó conocer el mundo. Se lo dijo a su padre, pero este se negó, por lo que fue con su querido Tío Snow, el le consiguió un permiso y un trabajo cómo periodista en campo, aunque claro, ella no hacía nada en absoluto. Cierto día, se camufló y salió al pueblo, haciéndose pasar por una ciudadana cualquiera, conoció a un chico, le gustó, y por supuesto no le dijo que era capitolina. Esas semanas que mi madre pasó escabulléndose, fueron las mejores de su vida, toda su perspectiva cambió y ella también. Pasó 2 años en el Distrito 4, se casó en secreto y con el tiempo, quedó embarazada de quien te habla. Le dijo al chico, cuyo nombre por cierto era Edward Wayne, y le informó que era capitolina, después de tanto tiempo conviviendo a mi padre no le importó y se alegró por el hecho de que formarían una familia, eran muy felices, mi madre quiso escaparse con él, pero sus pequeños paseos no habían pasado desapercibidos, por lo que los agentes de la paz la buscaban, mi padre le dijo que estarían mejor en el Capitolio, y que encontraría la manera de llegar a nosotras. Mi madre se fue, mi abuelo la casó con un político famosos para guardar las apariencias y cuando yo nací, quedó en coma. Podrían haberla curado, pero fue el castigo de mi abuelo, por haberse divorciado del político y por haber roto las reglas. Ellos me criaron, yo no supe anda de mi padre, hasta que encontré cartas y caracolas ocultas en la chimenea, no se lo dije a nadie, pero cambié mi aspecto, para recordarme dónde están mis orígenes y el corazón de mi padre. Espero que algún día nos encuentre.-finaliza tristemente Aqua.
Vya, vaya historia la que me ha contado esta chica. Así que no es una detestable capitolina después de todo;    me siento mal por ella, y porque acabo de descubrir, que una capitolina mimada, que vivió con excesos puede redimirse, y pagar el precio. Me he quedado sin palabras.
-No... no sabes cuánto lo siento- le digo en susurros.
-No te preocupes, lo he superado, pero jamás dejaré de esperar a que mi padre nos encuentre y ayudé a mi madre.
Nos quedamos en silencio por un rato.
-Bueno Vy-dice ella- ¿qué hay de ti?
-Yo, yo nací en el Distrio 9, mis dos padres trabajan en las plantaciones, y nosotros también, cuando el trigo está listo para cosechar. Tengo un hermano, Magnus. Él vino aquí, conmigo-puntualizo-Espero que pueda ganar, aunque sé que es poco probable, a a pesar de todo yo haré todo lo posible para que vuelva a casa.
-Yo también Vy-¿por qué sonríe Aqua?- Yo también.
Abre una bolsa y me muestra mi vestido.








                    
*Esta es Aqua, quizá no sea la mejor imagen, considerando que es un anime, pero es bastante parecida a cómo me imagino a Aqua.


Este capítulo, no me ha parecido muy interesante, y es que la verdad ¿qué tan interesante puede ser un tratamiento de belleza?, para mí, es aburrido a morir. Nunca he ido a uno pero bue.
Os pido paciencia, sé que dije que los capítulos serían más interesantes, pero me había olvidado de todo este asunto del Centro de Preparación.
Lo mismo de siempre, comenten y participen en las encuestas, chaolín.

5 comentarios:

  1. a mi me gusta, sobre todo la historia de Aque

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    1. :DSí, al principio no tenía muy buena pinta, pero la historia de Aqua me parece interesante :D
      Saludos ;)

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  2. Tranquiilaa jajaj la preparacion no es muy interesante (como ninguna) pero la historia de Aqua si lo es
    Esperoo pronto el siguiente :)

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    1. Sí, tienes razón. Pero, a pesar de todo es necesario. Además, no fue en vano, después de todo Aqua fue introducida a la historia. Por cierto, y esto va para todos, estoy pensando hacer un nuevo blog, no es un fanfic, y quería saber qué piensan, haré una entrada y una encuesta al respecto. Saludos :)

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    2. Puues seguro que sería genial, si te animas avisame :)
      Tambien quería aprovechar y decirte que estás nominada a los 15 mejores blogs, son unos premios especiales jajaj pasate por mi blog para ver como son :)

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